From far away
The ladybug remind me
Of certain faces,
With very dark moles
And very red lips.
Alberto Blanco.
Recuerdo la fascinación por los insectos y los bichos pequeños que tenía Luis Buñuel, ya salían en su primera película, un Perro andaluz (1922) donde aparece esa mano hueca por donde salen muchísimas hormigas, en Viridiana se rescata a una abejita que se está ahogando en un tanque de agua, los escorpiones que combaten en el inicio de La edad de oro, es proverbial su amor –odio por las arañas, ver bichitos en pantalla grande me reconfortaba. A Buñuel en su juventud lo impactó profundamente las lecturas de La vida de las abejas de Maurice Maeterlinck (publicado en 1901), y fue además de cineasta y poeta, un apasionado entomólogo. Yo no recuerdo desde cuando comenzó mi afición por los bichos, pero lo que sí recuerdo es mi interés por crear una historia donde un ser humano pequeñito interactuara con una sociedad compleja de insectos a la que no puede ver con otros ojos que los de alguien un poco horrorizado.
Afortunadamente esas ideas inconexas llenas de imágenes surrealistas evolucionaron hacía una historia más cálida y con un trasfondo social inmerso en la aparente rareza de una metrópoli repleta de bichos de todo tipo y el proceso lento y a veces doloroso de la adaptación. Tal vez, la atracción de lo desconocido que nos preocupaba como autores, se plasma aquí en varios niveles, en el que se siente bicho raro, en el que tarda más en adaptarse o simplemente el que se siente diferente. Eloísa, tímida y delicada, hija de inmigrantes, tiene la fuerza para afrontar sus días, en la escuela, en el metro camino de su casa, en la soledad de las tardes junto a su padre. Es nuestro libro favorito, lo llevamos a todas partes, lo leemos con los chicos y luego los escuchamos. Es un libro que despierta muchas inquietudes e interpretaciones, que nos hace a nosotros reflexionar en distintos puntos cada vez que lo releemos. Rafael incluyo un guiño a Emigrantes de Shaun Tan en la escena en la que la pequeña polilla le regala una manzana a la cansada y perdida Eloísa.
Fue elegido entre los mejores del 2010 por el diario El Tiempo.
Será publicado en portugués por Sm Brasil y en España por la editorial El Jinete Azul.
Eloisa y los bichos (2009) Papel maché.
Comparto la afición por los bichos. De niña, me gustaba jugar con las lombrices y los cucarrones (mis favoritos), los grillos eran mágicos y según mi abuelo eran símbolo de sorpresa cuando volaban en el comedor de la casa en La Mesa Cundinamarca. Nunca tuve de cerca una chicharra pero nunca olvido su bello sonido anunciando la llegada de la noche.
ResponderEliminar